El significado de las apariciónes de Nuestra Señora de Guadalupe

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Por El Diácono Anastacio Ponce Vidaña

Católicos caminan desde el gimnasio de la Escuela de San James en Washington a la Iglesia de San James durante una celebración de Nuestra Señora de Guadalupe el 11 de diciembre, 2011.

El 12 de Diciembre es una fecha importante para todos los católicos y en especial para el pueblo mexicano ya que se festeja el día de la aparición de la Virgen de Guadalupe a Juan Dieguito. Todo comenzó el día 9 de diciembre de 1531, cuando muy de mañana Juan Diego iba rumbo al Convento de Tlatelolco para escuchar Misa. Cuando él iba pasando por el cerro de Tepeyac vio un brillante resplandor y al mismo tiempo escuchò una musical celestial, entonces lleno de asombro se detuvo y escuchò una voz femenina que le dijo: “Mi querido Juanito, sube a lo màs alto del cerro.” Obedeciendo la invitación, Juan Diego llegò a lo más alto del cerro donde vio por primera vez a la Virgen rodeada de una luz celestial. Entonces ella le dijo: “Soy la Inmaculada Virgen María, Madre del Verdadero Dios y deseo tener un templo en el cerrito del Tepeyac para mostrar mi amor y misericordia a todos los que soliciten mi intercesión.” Después le pido que fuera a hablar con el Obispo Fray Juan de Zumárraga de la Ciudad de México para que le contara lo que había visto y oído de ella.
Juan Diego fue a ver al Obispo y le contò todo lo que había visto y lo que la Virgen anhelaba, pero el Obispo no le creyó. Ese mismo día Juan Diego regresó a la colina del Tepeyac donde por segunda vez  se le apareció la Virgen y Juan Diego llorando le contó que el Obispo no le había creído. Entonces la Virgen le pidió que hablara nuevamente con el Obispo. Juan Diego fue y le comunico nuevamente el mensaje de la Virgen al Obispo, el cual le pidió una señal milagrosa para creerle. Juan Dieguito regresó a darle el mensaje a la Virgen y ella le prometió darle una señal el día siguiente muy temprano. Pero Juan Diego no pudo cumplir este encargo porque su tío Bernardino estaba falleciendo, por lo que Juan Diego se apresuró a buscar un sacerdote para que lo ungiera; Juan Diego evitò irse por el cerrito del Tepeyac para impedir que la Virgen le viera pasar;  él quería primero atender a su tío y después ir a ver a la Virgen, pero para sorpresa de él, ella le salió al encuentro y le digo que no se turbara su corazón porque ella era su madre amorosa y protectora y cuidaría de su  tío. Juan Diego entendió que la Virgen sanaría a su tío, por lo que se puso muy alegre.
La Virgen le pidió una vez más a Juan Diego que fuera a dialogar con el Obispo y le llevara la señal que le había pedido a fin de que le creyera. La Virgen le dijo a Juan Diego: “Sube, hijo mío, el más pequeño, a la cumbre donde me viste por primera vez y allí hallarás  diferentes tipos de rosas; córtalas y en seguida tráelas a mi presencia.” El subió al cerrito y se asombró muchísimo de ver tantas flores hermosas. Las cortó y las echó en su tilma y las llevó ante la Virgen. Ella tomó las flores y las puso de nuevo en la tilma de Juan Diego diciéndole: “Hijo mío el más pequeño, aquí tienes la señal que debes llevar al Obispo. Le dirás en mi nombre que vea en ella mi voluntad y que él tiene que cumplirla. Tú eres mi embajador muy digno de confianza, rigurosamente te ordeno que sólo delante del Obispo despliegues tu tilma y descubras lo que llevas.” Cuando Juan Diego vio al Obispo Fray Juan de Zumárraga le contó los detalles de la última aparición de la Santísima Virgen de Guadalupe y abrió su tilma para mostrarle las flores, las cuales cayeron al suelo. El Obispo se impresionò cuando apareció la imagen de la Santísima Virgen de Guadalupe pintada en la tilma de Juan Diego con unos colores muy hermosos. Este mismo día, 12 de diciembre de 1531, muy temprano, la Santísima Virgen se presentó en la casa del tío de Juan Diego para curarlo de su mortal enfermedad y al mismo tiempo le dio el mensaje de que su imagen milagrosamente había aparecido en la tilma de su sobrino, imagen que iba a ser el instrumento que transformaría la religión idólatra de la cultura azteca.
La imagen de la Santísima Virgen es el único retrato auténtico que tenemos de ella. Su preservación en la tilma es considerada milagrosa y la imagen es venerada en el altar mayor de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en la Ciudad de México. El 12 de Octubre de 1945 el Papa Pío XII la nombro emperatriz de las Américas y Reina de México. En 1999, Juan Pablo II declaró el 12 de Diciembre fiesta litúrgica para todo el continente de las Américas. Gracias a las apariciones de la Virgen la mayoría de personas en México se convirtieron al cristianismo. Hasta nuestros días México es una nación muy católica que celebra año con año (el 12 de Diciembre) la aparición de la Virgen de Guadalupe en la tilma de Juan Diego.


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