Viaje a casa en México conducé al amor

Facebooktwittermail

Por Lindsay Steele
El Mensajero Católico
Jorge Herrera llegó con su familia a los Estados Unidos procedente de México, cuando era un bebe. Él no recuerda haber vivido en otro lugar que no sea the Quad-Cities. Ahora de 34 años, él bromea diciendo que habla español con acento americano.

Lindsay Steele
Jorge, Bety, Maya y Mila Herrera a su casa en Davenport.

El creció como muchos de los niños católicos mexicano-americanos de primera generación. Habló español en casa, atendió a misas en español y visitaba a sus familiares en México en el verano. A parte de eso, su mundo era muy americano. No conoció a niños como él. Muy pocas familias mexicano-americanas vivían en los Estados Unidos durante su infancia. “No había mucha gente con quien relacionarse.”

Ya adulto — graduado de la Escuela Secundaria West y de la Universidad de San Ambrosio en Davenport y, después, trabajando en John Deere- supuso que con el tiempo, se casaría con una muchacha estadounidense. El tuvo algunas experiencias de noviazgo, pero ninguna funcionó.

Diez años atrás, en una visita familiar a México, una prima en León le presentó a su mejor amiga, Beatriz “Bety” Álvarez Sandoval. Jorge dijo: “Nuestra familia es realmente cercana. Yo sabía que mi prima no me iba a presentar a alguien que no fuera buena.”

epay

La conexión fue instantánea. “Ella era alguien que tenía la misma comprensión, historia y valores que yo,” dijo Jorge.

Bety, quien tiene 30 años actualmente, añade: “Nosotros empezamos a hablar como si nos (cono­ciéramos) por mucho tiempo.”

“Ella fue una persona buena, genuina, fácil de llevar,” recuerda Jorge.

Después de cuatro años de tener una relación a larga distancia, Jorge le propuso matrimonio a Bety, y ella se traslado a Davenport con una Visa K-1 (fiancé). Ellos se casaron el 3 de Julio de 2007.

Jorge y Bety, desde entonces, tienen dos niñas pequeñas en su familia- Maya, de 3 años, y Mila de 4 meses. Bety se mantiene en su hogar y es “ama de casa” — y aunque ella está centrada en manejar el idioma inglés, ella educa a sus hijas para que sean bilingües.

Ellos mayormente van a misa en la parroquia de Santa María en Davenport. Algunas veces asisten a las misas en español y otras en inglés. Para Bety, la misa le ofrece un pedacito de hogar; en México, el catolicismo es la primera religión y el sistema de valores. Jorge disfruta de compartir su fe con Maya y Mila. “Eso (nos) ayuda a estructura (nos) y (a) pasar los buenos valores morales a nuestros hijos. Esto es lo que yo recibí cuando estaba creciendo,” él dijo.

Padre Ed O’Melia, pastor de Santa María en Davenport, dijo que es poco usual que mexicano-americanos en su parroquia se casen con alguien diferente a su herencia cultural.

Padre Rudolph Juárez de San Patricio en Iowa City observa que: “Algo debe decirse del parentesco con las personas que tienen un sistema de valores más orientado a la familia.”

Miguel Moreno, coordinador diocesano del Ministerio Multi­cultural, dijo que historias donde mexicano-americanos encuentran su pareja en sus países de origen, no son raras.
Padre Juárez dijo que no todo el mundo encaja en el mismo molde y que los valores de la fe y de la familia son vulnerables a un cambio de cultura, no solo en los Estados Unidos, sino también en México.

“Cada vez que alguien migra a un país diferente, está cambiando” dijo el Padre Juárez. “Aun cuando se trata de religión, las cosas están cambiando, debido a que los valores defendidos por la sociedad no son los valores que la Iglesia siempre defiende. Así que las personas están atrapadas en medio de lo que su familia/Iglesia cree y lo que la sociedad está vendiendo.”
Las familias mexicanas se ven afectadas por los mismos problemas de la vida moderna como las familias en los Estados Unidos: los retos económicos, la urbanización, las restricciones de tiempo, el laicismo, la migración. “Todas estas cosas van en contra de la unidad familiar.”

El pastor anterior de Jorge, Padre Rudy Juarez dijo: “Amor es amor… que Jorge haya encontrado el amor en México es una gran bendición para él.”


Support The Catholic Messenger’s mission to inform, educate and inspire the faithful of the Diocese of Davenport – and beyond! Subscribe to the print and/or e-edition, or make a one-time donation, today!

Print Friendly, PDF & Email
Facebooktwittermail
Posted on