Consejo para los obispos: Confíen en que la gente nos diga lo que necesitan

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Por Padre Guillermo Treviño
El Mensajero Católico

(Nota del editor: Padre Guillermo Treviño leyó el siguiente discurso el aceptar el Premio Cardenal Bernardin al Nuevo Liderazgo 2022, que se le fue entregado el 15 de noviembre durante la Asamblea General de la Conferencia de Obispos Católicos de EE. UU. El premio de la Campaña Católica para el Desarrollo Humano reconoce a los jóvenes adultos “que de-muestran liderazgo en la lucha contra la pobreza y la injusticia en los Estados Unidos a través de la comunidad”).

Fr. Trevino

No podemos hacer esto solos. Necesitamos ayuda. Estoy aquí por todas las personas de West Liberty y Columbus Junction, Iowa, que pidieron ayuda. Querían apoyo especialmente durante la pandemia. Por el COVID-19, tuve 10 funerales, que es mucho para un pequeño pueblo de Iowa. Escucha Mi Voz comenzó durante la pandemia en Quad Cities Interfaith, que recibió fondos de CCHD y de la Casa del trabajador Católico en Iowa City.

A través de Escucha Mi Voz, pudimos brindar ayuda durante la pandemia a muchas personas en Iowa. Se recibieron millones en fondos fede-rales en ayuda por la pandemia a través de Escucha Mi Voz. Se formaron dos equipos centrales en mis parroquias y continuamos trabajando para ellos. El pueblo se siente empoderado para continuar la lucha por su dignidad.

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El Cardenal Bernardin era muy partidario de empoderar a las personas, especialmente a los jóvenes. Hago mi mejor esfuerzo para emular ese modelo. Los jóvenes no son solo el “futuro”, son el “ahora”. Tienen ideas
maravillosas; solo necesitamos escucharlos. No importa dónde estemos en este país, necesitamos escuchar a la gente. Uno de los mejores consejos que he recibido es “supérate a ti mismo”.

Si bien tengo un largo camino por recorrer, siento que debo seguir adelante y escuchar las necesidades de la comunidad. Me involucré en este trabajo por la comunidad escuchando a la gente. Me ha impactado porque la gente está haciendo cosas increíbles por su cuenta. Están viniendo a Misa, reuniéndose, organizando y, como diría Santa Teresa de Ávila, incendiando el mundo. La luz continúa brillando sobre el pueblo de Dios en Iowa.

El ex director ejecutivo de CCHD, el fallecido sacerdote Marvin Mottet, fue una gran inspiración para mí. Estaba en mi grupo de apoyo de sacerdotes y siempre me aconsejaba sobre cosas. Entre otras cosas me dijo: “Escriba sus homilías para que no sean citadas incorrectamente.” Cuando 400 trabajadores inmigrantes fueron detenidos en la redada de Postville (Iowa), yo era un reportero, fui inspirado por su trabajo, tratando de ayudar. Aunque Mons. Mottet no hablaba español, celebraba misas en español para ayudar a su buen amigo, el padre Eduardo O’Melia, mientras el párroco estaba enfermo.

La CCHD continúa con su buen trabajo, y la Diócesis de Davenport está muy orgullosa del trabajo que el sacerdote Mottet realizó para esta organización y el trabajo que la diócesis continúa realizando a través de CCHD. La misión de la CCHD siempre ha sido ayudar a las comunidades de bajos ingresos y abordar las causas profundas de la pobreza. Es un honor para mí recibir este premio y quiero alentar a todos a apoyar esta misión.

Mi fe me mantiene en marcha. El versículo de las Escrituras que elegí como contexto de la misión de CCHD es “¡La fe sin obras es muerta!” Quiero compartir con el liderazgo de la Iglesia que
confíen en las personas. Prometí obediencia a mi obispo y a sus sucesores. Fue muy difícil mudarme de Quad Cities, donde crecí durante 29 años y donde tuve mi primera asignación como sacerdote. Hace cuatro años, mi obispo Mons. Thomas Zinkula, me pidió que me mudara a West Liberty, un pequeño pueblo de Iowa donde la minoría latina es la mayoría. Hace un año me convertí en párroco de las parroquias de West Liberty y Columbus Junction, otro pequeño pueblo de similares características.

Sin la confianza en mí obispo, no estaría aquí hoy. Esto va en ambos sentidos. Los desafío a ustedes, obispos, a que confíen en la gente para decirnos lo que necesitan y responder a sus necesidades. Cuenten con mis oraciones por ustedes y ustedes oren por mí. ¡Gracias!

(Padre Guillermo Treviño es pastor de las parroquias de San José en Columbus Junction y San José en West Liberty y, también, capellán del Centro de Educación Católica Regina en Iowa City.)


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