La nueva cosecha

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Por: Miriam Wainwright
El Mensajero Católico

El pasado domingo 19 de abril se celebró la confirmación de 41 jóvenes en la parroquia de Santa María de la Visitación en Ottumwa, Iowa. Muchachos y muchachas de 14 y 16 años muy elegantes, saludables, transluciendo felicidad. Los padres y padrinos agradecidos con Dios por su bondad; por permitir que ellos tenga participación en sus vidas. Estos jóvenes han decidido ser diferentes y están tratando de comenzar sus caminos de la mejor de las formas, teniendo a Dios como luz de sus vidas, como punto de partida y puerto de llegada.

En esta sociedad en la que estamos enfrentando una gran cantidad de pro-blemas, retos y desafíos, que por lo general son consecuencia del egoísmo, de la ambición desmedida de algunos hombres, de la falta de hermandad, de tolerancia, de corazones vacios, sin amor y sin Dios; con problemas en el medio ambiente, en la salud , en la administración de las naciones, en las familias, en la Iglesia…tenemos batallas grandes por liberar, como la pobreza, la miseria, el hambre en el mundo, la falta de oportunidades para la
mayoría, la falta de valores en la fami-lia y en la sociedad, es menester darle gracias a estos jóvenes por estar escogiendo el caminar con Dios e incentivarlos para que nunca se aparten del Señor.

Como padres nos toca llenarles de coraje y valor para enfrentar a los mons-truos que están destruyendo a los jóvenes en estos tiempos, el egocentrismo, la falsas formas de felicidad y de libertad en donde los jóvenes piensan que ser libre es hacer lo que les da la gana y, entonces, se vuelven prisioneros de sus propias ganas, y se escla-vizan a las drogas, al alcohol, al sexo desenfrenado, a los juegos electrónicos y en las demás cosas que tienden a aislar a los jóvenes de la realidad.

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Como padres nos toca llenarles del coraje, alentar en ellos el valor necesario para enfrentar estas grandes disyuntivas para que puedan siempre escoger el ser diferentes al resto, el tratar de hacer siempre lo correcto, llenarles de confianza, que sepan que todo lo pueden si Dios está con ellos, que mantengan siempre su base en la fe y en la confianza en Dios, hablar con ellos y hacerles ver que ellos son la esperanza de la familia, de la Iglesia, de la sociedad y del mundo entero; que ellos deben luchar por cambiar este mundo, hacer conciencia para que nazca en ellos el amor y la mise-ricordia al prójimo, a los más necesitados o desposeídos; que ellos son la esperanza para mejorar la calidad de vida de muchos siendo médicos, científicos, gobernantes, policías, sacerdotes, deportistas, banqueros, padres y madres de familia responsables y honestos, respetuosos de las leyes y de las buenas costumbres. Enseñarles que aunque tendrán caídas, sufrimientos y heridas, encuentren en todo el lado positivo de las cosas.

Tenemos en la biblia grandes ejemplos de lo que se puede lograr cuando Dios está con nosotros. Un ejemplo es David, que siendo un muchacho le tocó enfrentar al gigante Goliat, y lo venció no solo con su honda sino más que todo con la convicción de que si Dios le había librado en el pasado de las garras del león y de las zarpas del oso, así también lo libraría de las manos del gigante filisteo y muchos otros ejemplos más.

Digámosles a nues-tros hijos cuanto los amamos y que les agradecemos el tratar de ser dife-rentes. Animémosles a nuestros jóvenes a disponerse a seguir por el buen camino, de la mano del Señor, con el valor de David, con la sabiduría del rey Salomón, con la
bondad del joven que cedió sus panes y con el amor y la fe de Maria…para cuando sientan temor o incertidumbre puedan oír la voz de sus ángeles diciéndoles: ‘’No temas joven ,el Señor está contigo’’. ¡El Señor bendiga esta nueva cosecha de cristianos!


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