Recordando a los Mártires

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Por Padre Jim Betzen
El Mensajero Católico

Cuando fui párroco en las parroquias del Sagrado Corazón y de San Patricio en Sedalia, Missouri, vi un anuncio en la revista Maryknoll sobre un retiro llamado: “Recordando a los Mártires”. Uno los mártires fue el Arzobispo Oscar Romero.

Fr. Betzen

Trabajando con salvadoreños en Kansas City y Sedalia, he llegado a conocer la vida y la muerte del Arzobispo Romero y anhelaba visitar los lugares donde él vivió, trabajó y fue martirizado. También quería visitar la tierra donde muchos de mis feligreses de El Salvador son originarios.

El retiro fue una peregrinación hacia Guatemala y El Salvador, a los lugares donde estos hombres y mujeres trabajaron y murieron. Estos mártires fueron el Arzobispo Oscar Romero, Jean Donovan, la hermana Ita Ford, hermana Maura Clarke, hermana Dorothy Kazel, el padre Stan Rother y el obispo Juan José Girardi. La primera mitad del retiro la pasamos en El Salvador y la segunda mitad en Guatemala.

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En enero del 2011, viajé a la ciudad de Guatemala, donde me uní a 20 sacerdotes y a unos hermanos religiosos para nuestro retiro. Luego nos llevaron a la casa de la misión de Maryknoll, la cual tenía habitaciones individuales, un gran salón comunal donde recibimos clases, un comedor y una capilla.

Al día siguiente, subimos a un minibús, el cual nos llevó a El Salvador donde llegamos a una casa de retiro a las afueras de San Salvador. Posteriormente, visitamos el hospital donde el Arzobispo Romero trabajó como capellán y fue martirizado. También, visitamos la capilla del hospital donde el recibió un disparo mientras estaba en el altar el día 24 de marzo de 1980.

Visitamos la casa donde él vivió, la cual está ubicada cerca de la capilla. En la casa se muestran sus artículos personales y sacerdotales. También se muestra las ropas y vestimentas que llevaba cuando él fue martirizado. El Arzobispo Romero fue un defensor de la justicia y estaba en contra de la violencia por parte de los militares. A través de sus homilías en la radio, su mensaje llegó a muchos salvadoreños.

Nosotros fuimos a la Catedral de San Salvador, donde está enterrado el Arzobispo Romero. Su tumba está en el pasillo debajo de la iglesia. Un misionero de Maryknoll nos contó sobre el funeral. Visitar estos sitios, donde el Arzobispo Romero estuvo, fue el punto principal de nuestra peregrinación. Luego, nos dirigimos a la pared de la verdad y la justicia, la cual fue terminada en el año 2005. Esta pared tiene los nombres de quienes murieron en la guerra civil y los nombres de las ciudades donde hubo masacres.

Otro viaje que hicimos fue hacia los campos en El Salvador donde Jean Donovan y las hermanas Ita Ford, hermana Maura Clarke y la hermana Dorothy Kazel fueron enterrados después de ser asesinados el 02 de diciembre de 1980. Inicialmente ellas fueron enterradas en un pastizal antes de que sus cuerpos fueran encontrados y devueltos a los Estados Unidos. Nosotros vimos una placa con sus nombres en ese lugar y en una capilla construida en su memoria. Las hermanas misioneras trabajaban con los pobres.

Nuestro último viaje en San Salvador fue hacia la Universidad de Centro América (UCA) donde 6 profesores, quienes eran sacerdotes jesuitas, el ama de llaves y su hija fueron asesinados el 16 de noviembre de 1989. En la Universidad, vimos el Museo de los mártires del Salvador. También visitamos la capilla de la Universidad donde fueron enterrados los 8 mártires de la UCA. Además, en el Santuario había un mural simbólico sobre las injusticias y en la parte posterior del muro estaba el camino de la cruz, representando prácticas de tortura.

Regresando a la ciudad de Guatemala, nos preparamos para un viaje hacia las montañas de Guatemala. Fuimos a la parroquia de Santiago Atitlán donde el padre Stanley Rother fue pastor y fue martirizado el 28 de julio de 1981 en su rectoría. Él fue un sacerdote diocesano de la diócesis de la ciudad de Oklahoma, quien fue enviado a Guatemala como misionero. En Santiago Atitlán, él
construyó una cooperativa campesina, una escuela, un hospital y la primera estación de radio católica, que fue utilizada para dar catequesis a las aldeas más remotas.

Nosotros podemos leer sobre su vida en su biografía: “El pastor que no corrió”. Mientras que estábamos en Santiago Atitlán, nuestro grupo de retiro asistió a la misa dominical, en ella un feligrés habló en la homilía sobre la vida del padre Stanley. Nosotros visitamos la sala de la Rectoría donde fue martirizado y la tumba en la iglesia donde está enterrado su corazón. De todos los mártires que visitamos, yo estuve muy impresionado con su vida y su martirio: “Yo, un sacerdote de feligreses hispanos y procedentes del sur de Kansas.”

Un último viaje importante que hicimos fue hacia la oficina de derechos humanos de la diócesis de la ciudad de Guatemala. Allí vimos la obra del Obispo Juan José Girardi que pasó años entrevistando a sobrevivientes de los crímenes de guerra durante la gue-rra civil, llamado el proyecto de recuperación de la memoria histórica. Los resultados publicados en el informe ti-tulado “Nunca Más” (Never Again). identificaron a los autores de los crímenes de guerra. Este trabajo hecho por el Obispo Girardi, un defensor de la justicia, quien fue martirizado en 26 de abril de 1998. Nosotros visitamos el garaje donde el Obispo Girardi fue golpeado hasta la muerte. Su tumba está en la Catedral.

Doy gracias a Dios y los misioneros de Maryknoll quienes hicieron posible esta peregrinación/ retiro hacia al Salvador y Guatemala “Recordando a los mártires”. Nosotros recordaremos a estos mártires por años venideros y oraremos por ellos en nuestro continuo trabajo por la justicia hacia los pueblos indígenas y a los inmigrantes hoy en día.

(Padre Jim Betzen, C.PP.S. es el pastor de la parroquia de Santa María en Ottumwa.)


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