En el ministerio con los inmigrantes se debe escuchar, aprender y dar la bienvenida.

Facebooktwittermail
Fr. Betzen

Por: Padre Jim Betzen

En los dos últimos años, he visto cada vez más a micronesios en la parroquia de Santa María de la Visitación en Ottumwa. Vienen en grupos a las misas de Navidad y Pascua con camisas y vestidos floreados. Creo que vienen a nuestra parroquia, porque aquí hay inmigrantes hispanos y considero que se sienten más cómodos con otros inmigrantes.

Sucede que los hispanos les hablan en español, creyendo que también son hispanos. La empresa procesadora de carne de cerdo, JBS, atrae a los inmigrantes de Micronesia a Ottumwa. De mis conversaciones con ellos, supe que vienen de la isla de Chuuk o Truk y que su primer idioma es el chuukés.  Chuuk es uno de los cuatro estados de los Estados Federados de Micronesia (FSM). Los otros estados son el estado de Kosrae, el estado de Ponapé y el estado de Yap. Les digo a otros feligreses que ellos son micronesios, porque no creo que mucha gente haya oído hablar de Chuuk. Los feligreses de Chuuk me dicen con una sonrisa que la principal atracción turística son los restos de la Segunda Guerra Mundial en sus lagunas.

Servir a la comunidad de Chuuk ha sido un desafío inesperado. Al igual que los hispanos, muchos de ellos son católicos devotos. Por viajar de ciudad en ciudad, buscando trabajo en las plantas empacadoras, muchos de los micronesios no han sido bautizados, ni han recibido la Primera Comunión, ni han sido confirmados, ni se han casado por la Iglesia.  Para bautizar, se requiere los certificados de nacimiento, para escribir correctamente sus nombres, los nombres de los padres y el nombre de la ciudad, estado y país.  Yo les doy clases de bautismo en inglés utilizando una copia del rito bautismal. Cuando es necesario, uno de los dos progenitores hace de intérprete para el otro. En enero de 2021, tuve un bautismo grupal de infantes. Dos miembros de la comunidad de Chuuk me ayudaron a interpretar, registrar a las familias en la parroquia y en reunir los certificados de nacimiento.

epay

Como todas las comunidades inmigrantes, los micronesios tienen algunos líderes bilingües. Busco a estos líderes para conocer a la comunidad Chuuk y para que me ayuden con la traducción. Después de asistir a la misa de fin de semana, muchos miembros de la comunidad de Chuuk se reúnen en una casa dos domingos por la tarde al mes; para una reunión de oración y una comida juntos. Hace poco asistí a una de sus reuniones de oración. Hablamos sobre la misa y de una visita con el obispo y un sacerdote de Chuuk en septiembre de 2019.

Muchos de los católicos de Chuuk viven en Dakota del Sur, Iowa y Missouri. El sacerdote de Chuuk escuchó confesiones y ayudó con la liturgia. También hablamos de tener una Misa bilingüe entre semana en la Iglesia de Santa María de la Visitación después de Pascua. La mayor parte de la Liturgia de la Palabra sería en chuukés y rezaríamos el Padre Nuestro tanto en inglés como en chuukés. La música sería en chuukés. Antes de irme de la reunión, me dieron una copia del Padre Nuestro y Ave María en Chuukés. Necesitaré ayuda para aprender la pronunciación.

Algunos miembros de la comunidad de Chuuk están presentes en las misas con los anglosajones y los hispanos de lunes a viernes. Al igual que los hispanos, las familias Chuuk se reúnen alrededor del tabernáculo para orar después de la misa. Un día, los hispanos se reunieron alrededor del tabernáculo para orar mientras la familia Chuuk esperaba en el banco. Los invité a rezar ante las estatuas de la Sagrada Familia al otro lado de la iglesia. Fue una experiencia interesante ver y escuchar oraciones en español y chuukés al mismo tiempo.

Continuaré registrando a las familias de Chuuk en la parroquia y satisfaciendo sus necesidades sacramentales como lo hago con los anglosajones, hispanos, africanos y filipinos que participan en nuestra comunidad. Agradezco a los líderes de la comunidad de chuukés que están ayudando con el cuidado espiritual de esta comunidad como catequistas, intérpretes y líderes de oración. Aunque no hablo chuukés, trabajar con inmigrantes durante unos 40 años me ha ayudado. Escuchar, aprender y dar la bienvenida son muy importantes para este ministerio.


Support The Catholic Messenger’s mission to inform, educate and inspire the faithful of the Diocese of Davenport – and beyond! Subscribe to the print and/or e-edition, or make a one-time donation, today!

Print Friendly, PDF & Email
Facebooktwittermail
Posted on